“ Ahora valoro las situaciones en su justa medida. He aprendido a pedir según mis necesidades y no las de otras personas, de una forma asertiva y relajada. Me ha ayudado a superar miedos y ansiedades que hacían que mi vida fuera muy limitada en muchos aspectos, como el ámbito laboral, el familiar o el de pareja y que debilitaban mi salud. Me ha ayudado a ser más quien soy, y menos quien los demás necesitan que sea. A conocerme de una forma amable y a cuidarme, como la mejor herramienta que puedo tener. ”
