¿Cómo ser feliz sin «ser feliz»?
¡Qué maravilloso ser felices y comer perdices! Todo el mundo habla de ser feliz, las grandes empresas, los coachs, los profesionales del bienestar… Hasta existen las digestiones felices. Pero, ¿y la tristeza? ¿Dónde ha quedado? ¿Quién habla de ella? ¿Ha pasado a ser un lujo el decir que uno se siente triste? A dónde nos lleva esta oda a la «felicidad» ¿Mantenemos la libertad para sentirnos como nos sentimos? ¿Podemos ser felices sin ser «felices»? ¿O no hay derecho a no ser «feliz»? Incluso yendo un paso más allá, ¿podemos ser felices sin dar espacio a nuestra vida lo que sentimos tal y como es, más allá de ser o no feliz?